La presente investigación forma parte de los estudios realizados por el Proyecto de Investigación Interdisciplinaria sobre Cuerpo, Emociones y Género (PIICEG) de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (FESI UNAM). Desde una mirada interdisciplinaria, se presenta este estudio con la finalidad de aportar a las ciencias sociales, antropológicas y de la conducta conocimiento científico basado en evidencias, donde la innovación y la creatividad serán herramientas fundamentales para superar la epidemia de salud mundial que estamos enfrentando por el virus SARS-CoV2 (COVID 19). El objetivo de esta investigación es identificar y analizar el impacto psicosocial y socioemocional de las y los estudiantes universitarios frente al confinamiento social a causa de la pandemia COVID 19 y trabajar en el diseño de política institucional para promover medidas de autocuidado y autoatención basadas en la solidaridad y no discriminación, una responsabilidad compartida y una economía moral. Se cuenta con el diseño de un instrumento cualitativo en tres versiones on line (MPE-COVID-19) aplicados a diferentes tipos de participantes: estudiantes de licenciatura, posgrado y egresados, pertenecientes a la FESI, a las Facultades de la UNAM y a universidades nacionales y extranjeras. Los tres medidores constan de 30 ítems cada uno, divididos en 6 secciones relacionadas con: datos sociodemográficos, espacios y convivencia familiar, salud, alimentación, higiene del sueño y vida emocional, actividades académicas, y dinámicas en casa antes y durante la pandemia sanitaria. Al cierre del mes de julio se suman 11,389 instrumentos contestados.
Desde metodologías mixtas y el enfoque sociocultural de las emociones, se pretende en una primera fase analizar comparativamente los resultados cuantitativos y cualitativos de los medidores aplicados en los meses de abril a septiembre de 2020, con la finalidad de generar conocimiento fundamentado desde una perspectiva interdisciplinaria y llevar a cabo una segunda fase de investigación cualitativa, donde se diseñe y apliquen entrevistas a profundidad para ahondar en la indagación de los procesos socioemocionales y las características psicosociales de las y los estudiantes universitarios participantes en la muestra. Las entrevistas cualitativas permitirán analizar y profundizar en las construcciones socioculturales de las áreas de estudio, así como las emociones asociadas a las mismas y las prácticas de regulación emocional vinculadas. La premisa fuerte del proyecto es que la estructura emocional está en el centro de la recuperación de las acciones comunitarias porque constituyen un nodo social fundamental para solidificar y promover acciones colectivas de cuidado y reacomodo en momentos de vulnerabilidad individual y social. Desde el postulado de la dimensión ética y moral de las emociones se sustenta el diseño de propuestas de políticas institucionales en la FES Iztacala, que apoyen las acciones pedagógicas, de socialización y de comunicación relacionadas con el cuidado, autocuidado y autoatención en situaciones de emergencias sanitarias en sus diferentes etapas (confinamiento, distanciamiento social y desconfinamiento).
La investigación propuesta contribuirá en distintos niveles: epistemológico, metodológico y social. La aplicación de los recursos teórico-metodológicos de los estudios socioculturales de las emociones para investigar el impacto psicosocial y los procesos socioemocionales de la comunidad estudiantil universitaria en estos momentos de la pandemia COVID 19, permitirá analizar la vida emocional en función de las condiciones micro, meso y macrosociales agudizadas por la emergencia sanitaria. La vida emocional, tal y como se entiende desde la perspectiva sociocultural rebasa la mirada dualista y universalista de las emociones; cuestiona su función ideológica cuando se emplean discursos hiperindividualizados y normalizadores para juzgar la salud mental como un rasgo individual psicológico, genético y conductual que responsabiliza a los individuos por la falta de capacidad de adaptación emocional. Lo que permitirá construir explicaciones sociales de la salud mental al mostrar cómo los procesos emocionales de la comunidad universitaria están en función de su posición social estrechamente relacionada con sus identidades de género, sexuales, generacionales, de estratificación social, educativas y las condiciones vitales.
Dicho conocimiento permitirá establecer vínculos y relaciones entre la vida emocional y la situación social de los individuos, así como los términos y cualidades de la interacción social que están conllevando al desarrollo del malestar emocional. A partir de dicho conocimiento pretendemos desarrollar una propuesta de política institucional en la FES Iztacala UNAM mediante acciones pedagógicas, sociales y comunicativas que posibiliten construir una comunidad universitaria acorde con los lineamientos de las disposiciones de la UNAM para enfrentar el manejo inmediato, mediato y a largo plazo de esta y otras pandemias.
Recuperar la función política de la vida emocional constituye un recurso para romper el paradigma inoperante de la hiperindividualización y proponer acciones colectivas a nivel institucional para implementar medidas directas en el manejo de los días, semanas, meses y años por venir en tiempos de COVID 19. La enseñanza más contundente de esta pandemia es que vivimos en relación con otras y otros. Esta relación de dependencia opera en el sentido social y natural. El contagio del virus visibiliza esa relación orgánica y biológica de un micro y macro ecosistema. En el sentido social, nos da la pauta para pensar la importancia de los vínculos y las acciones colectivas que se están poniendo en marcha y que seguirán surgiendo para reorganizar nuestras vidas en el “regreso a la nueva normalidad”.
Prácticas de cuidado —autoatención y autocuidado— suponen capacidad de empatía (capacidad de sentir al otro, descubrir su diferencia y al mismo tiempo descubrirnos a nosotros por esa capacidad de sentir). La dimensión emocional es el pegamento de la solidaridad y aquello que moviliza la participación de los sujetos en las prácticas del cuidado, y conforma la estructura fundamental en el cuidado de la salud colectiva e individual.
De ahí que implementar propuestas de política institucional tomado en cuenta los procesos socioemocionales de los sujetos, la dimensión emocional y la función política de las emociones en las prácticas del autocuidado, estaremos en condiciones de organizar acciones colectivas compartidas y replicadas en el cuidado de la salud propia y ajena a la comunidad universitaria.