En México, la población experimenta cambios en su composición demográfica, epidemiológica y gubernamental. Como el resto del mundo se vive las consecuencias de la enfermedad COVID-19 (CEPAL, 2020). A finales del 2019, en China, se dio el primer brote del virus SARS-COV2 que produce esa enfermedad (ONU, 2020). De enero a julio del 2020, la pandemia ha alcanzado más de 212 países y más de 16 millones de personas han sido confirmadas, con aproximadamente 700 mil personas fallecidas (EEUU, 149 mil; Brasil 87 mil México, 43 mil, entre otros (WHO, 2020). Ante ello, los gobiernos pusieron en marcha diferentes estrategias políticas y recursos gubernamentales para proteger a sus poblaciones.
En México, el gobierno federal inició una estrategia de confinamiento voluntario, acompañada de campañas de información permanente para educar a la población sobre los riesgos del COVID-19 (Gobierno de México, 2020). La estrategia gubernamental consistió en establecer acciones para evitar la saturación en la atención hospitalaria de un sistema de salud desmantelado en las últimas décadas (López Arellano y Soto, 2017). La curva de contagios no fue tan alta como en otros países y eso permitió ganar tiempo para invertir en hospitales, equipo médico, capacitar a profesionales de la salud, a la par de iniciar una coordinación intersectorial para frenar el contagio en fronteras, costas y áreas más urbanizadas, a fin de disminuir el contagio y la mortalidad (Elmant et al., 2020; Sánchez-Belmont, 2020; CEPAL, 2020). La campaña de "Quédate en casa" y la "Jornada de Sana distancia", tuvieron costos y beneficios inesperados con consecuencias en la vida social, en la economía doméstica y en la salud (física y mental) de los grupos de la población que componen la estructura por edad y sexo de nuestro país. Este episodio en la historia mundial y nacional no tiene precedentes y la enfermedad denominada COVID-19 tiene un comportamiento que los científicos han tratado de entender durante este año (Ipsit, et al. 2020; Bello-Chavolla et al., 2020).
Uno de los aspectos observables en la pandemia por COVID-19, es que ha puesto de manifiesto las condiciones de desigualdad que se viven en México, por género, edad y ocupación y ha mostrado la vulnerabilidad en salud por padecimientos previos. La falta de cobertura médica, los bajos ingresos, la precariedad de las condiciones laborales, la inseguridad social y la violencia intrafamiliar han mostrado su poder al deteriorar aún más la calidad de vida (Bello-Chavolla, et al., 2020). A partir de ello, la pandemia por COVID-19, representa un evento crucial en la historia nacional, que afecta de manera diferencial a las personas por su etapa de vida, cond. económica, educativa, laboral, sexo y morbilidad.
Desde una mirada interdisciplinaria, basada en los derechos humanos y en la perspectiva de género, los objetivos que se plantean son: identificar los costos y beneficios de los procesos de adaptación en salud, economía y sociedad de la población mexicana ante la estrategia de confinamiento voluntario por COVID-19; conocer el impacto que tiene esta pandemia en la población; entender cómo se pone en riesgo la calidad de vida en las diversas etapas del curso de vida y, en particular, en la vejez.
La estrategia metodológica consiste en el levantamiento de una primera encuesta sobre los costos y beneficios de los procesos de adaptación en salud, economía y sociedad en México ante la pandemia por COVID-19 (CoBESS-2020) (mayo-julio 2020), lo que permite identificar, asociaciones significativas entre el perfil de la población (rasgos socioeconómicos, educativos, salud física y organización familiar) y sus estrategias de afrontamiento y adaptación ante este fenómeno. Así también, en 2021, y con el fin de identificar posibles nuevas tendencias, se propone realizar una segunda encuesta CoBESS-2021, para dar seguimiento al análisis de los efectos a corto y mediano plazo de esta pandemia.
Cabe señalar que un aspecto central e innovador de los análisis propuestos es la vinculación de la salud física y mental, con la economía doméstica, la dinámica familiar y comunitaria derivado del confinamiento (OIT, 2020a y 2020b; INMUJERES, 2020). A partir de los hallazgos encontrados se producirá un protocolo de actuación de uso institucional ante pandemias, se fortalecerá la discusión académica, así como se formarán recursos humanos (licenciatura y posgrado en la UNAM) preparados para dar atención a este problema nacional.
La principal contribución de este proyecto consiste en entender el efecto del confinamiento por COVID-19 en tres esferas altamente relevantes en México: la económica, la salud (física y mental) y la organización de la sociedad (familia y comunidad). Para comprender este fenómeno se levantó en mayo-julio del año en curso la primera encuesta sobre los Costos y beneficios de las estrategias de adaptación en salud, economía y sociedad en México ante la pandemia por COVID-19 (CoBESS-2020). En congruencia de la recomendación de permanecer en casa y reducir el riesgo de contagio, esta encuesta se realizó de manera digital, empleando las redes sociales y los correos electrónicos a nivel nacional. Se buscó el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, instituciones de gobierno en todas las entidades federativas y contactos académicos. Se utilizó un modelo con dos dominios de estudio (uno correspondiente a la ZMVM y el otro al resto del país, este último incluyó un reparto proporcional al tamaño de las entidades federativas). Al 21 de julio del año en curso, se obtuvieron 2775 casos en el país, que representa una muestra con 95% de confiabilidad y 5% de margen de error. La encuesta cuenta con 59 preguntas que abordan las tres dimensiones señaladas, con variables que pueden correlacionarse entre sí, dando la oportunidad de derivar modelos estadísticos tanto descriptivos como multivariados, con los cuales podremos entender a mayor profundidad los efectos de la pandemia en diferentes grupos de la población en México y en la ZMVM.
Los resultados de esta investigación aportarán a la sociedad nuevos insumos para conocer las condiciones de la población además de sugerir protocolos de actuación en instituciones públicas y privadas (SEP, SSa, DIF, INMUJERES, STyPS, IMSS, ISSSTE, SEDENA, CNDH, CONAPRED). Los hallazgos de esta investigación permitirán conocer los costos y beneficios de esta experiencia pandémica. Los resultados podrán divulgarse en diversos ámbitos a fin de que los tomadores de decisiones y diferentes actores del orden público y privado, eventualmente puedan beneficiarse de los hallazgos que se generarán.
En congruencia, las contribuciones que se derivarán de esta investigación son doce:
1. Visibilizar buenas prácticas personales, sociales e institucionales ante la pandemia;
2. Identificar prácticas no asertivas en la experiencia mexicana ante la pandemia;
3. Recuperar experiencias en grupos poblacionales afectados por la pandemia con miras a valorar sus acciones y disminuir prácticas que deterioran las dinámicas en el nivel comunitario, familiar, social y personal;
4. Promover análisis comparativos sobre los alcances y limitaciones de iniciativas realizadas en países europeos y latinoamericanos con relación a las medidas tomadas ante COVID-19;
5. Generar protocolos de actuación útiles para instituciones públicas y privadas en materia de educación para una convivencia social y familiar adecuada, cuidado a la salud física y mental y estrategias favorables a la economía ante una pandemia como COVID-19;
6. Contribuir en el diseño y elaboración de contenidos de campañas educativas sobre el papel del cuidado a la salud (física y mental), con énfasis en la prevención de enfermedades crónicas y adicciones;
7. Fortalecimiento de la presencia de la UNAM en la resolución de problemas específicos vinculados con pandemias;
8. Fomentar la investigación interdisciplinaria sobre efectos de una pandemia a nivel de la salud (física y mental), la economía (trabajo, desempleo, ingresos y poder adquisitivo) y la sociedad (familia y comunidad);
9. Generar perfiles de actuación de la población ante la pandemia desde las perspectivas de derechos humanos y de género;
10. Promover seminarios interdisciplinarios que vinculen la investigación y docencia orientados a acciones innovadoras ante pandemias;
11. Vincular la investigación de México y de la UNAM con otras instituciones internacionales;
12. Fortalecer el vínculo entre las ciencias sociales y los organismos gubernamentales al identificar y documentar las estrategias de adaptación frente a COVID-19.